domingo, 27 de octubre de 2013

4° Capítulo

    Entre risa y risa y la emoción de los regalos, hizo que se olvidaran por un momento de las preocupaciones ya existentes en sus vidas y en aquellos momentos.      Junto a la chimenea, donde todavía quedaban restos de la cena, donde se habían dado los regalos minutos antes y donde, en ese preciso instante estaban abrazados, cedieron a la pasión, nada importaba en ese instante, Daniela cerró los ojos y juntó sus labios con los de Christian y el calor que desprendía estos, susurraba la tristeza que sentían y la necesidad de ser queridos. Christian abrazó con dulzura a Daniela sosteniéndola contra su pecho.
       La Chimenea alumbraba la habitación, las chispas que salían de ella olían a amor. Allí abrazados, mostrando al fuego su amor no revelado yacían sus labios dándose un largo y profundo beso. Daniela no resistió y cogió su mano para posarla en la cabellera de Christian.
      Ese beso sabía a fresco, esa sensación que tienes cuando algo mullido te roza y te hace sentir cómoda. Sin miedos ni dilemas cesaron el beso para mirarse a la cara. Christian acarició la cara a Daniela suavemente, con delicadeza. Como si tuviera miedo a despertar de un sueño  maravilloso.
             -eres tan bella que me pasaría el resto de la noche mirando esa dulce cara.
             -  Me gusta besarte. ~Daniela en ese momento parecía que su mente puso un cartel de " estado: besando". Quería seguir besándolo.
              - ¿Sabes que esto es una locura? Alguno saldrá mal o... enamorado. ~Daniela no quería decir eso, pero era lo más sensato.
              - Te besaré cuando quiera. No va a pasar nada malo por unos besos inocentes ~ Él nunca había sentido como su estómago sentía mariposas revolotear, como esa sensación genera alegría y ganas de no parar, de comerse la vida con un simple beso y sentir que esa persona es la vida personificada en, Daniela.
                   -sólo besos. Dulces besos~ Dijo Daniela volviéndolo a besar suavemente.
          Esa noche descubrieron el placer de los besos, el significado de besar. Tumbados en la cama  empezaron a hablar de ellos, de sus vidas, pero en ningún momento dejaron de  abrazarse. Tenían las manos cogidas como si estuvieran unidas por una fuerza mayor.
             -cuéntame de ti. Quiero conocerte en profundidad. ~Christian quería que Daniela se sincerará con él.
            - Vivía con mis padres hasta hace poco como sabes, no tengo hermanos. La razón por la que vine aquí fue...
         Era difícil recordar los hechos, Daniela estaba dolida, las lágrimas asomaron su liquida vida por la cara de Daniela.  
               - lo siento debe ser muy difícil todo. Perdóname. No debí preguntarte.
            Daniela se aclaró la garganta y hablo. - no importa Chris no lo has hecho intencionadamente.
           - en realidad tengo que decirte algo... le insistí a Lidia que me contara todo. Al verte tan mal quise saber para ayudarte pero no quise decírtelo hasta que tu me lo hubieras contado. Perdona si he sido indiscreto.
        Daniela estaba un poco aturdida, era mucha información, en exceso.
           - ¿hiciste eso? Pensaba que no te importaba tanto.
           - eres importante, No lo dudes  nunca. ~ le dijo acariciando su aterciopelado pelo.
           - pues me alegra que lo sepas, no quiero mentirte. Me fui por una disputa con mi madre y estaba cansada de siempre estar peleando y harta de escuchar como me difama y me dejaba hecha un despojo. Mi padre no era menos, el poco tiempo que estaba era para decirme que ayudara y hiciera caso de mi madre... ese día... no pude más y me marché, les dejé una nota y hace no mucho les envié otra contándoles que estoy bien y que no piensen en buscarme, volvería a escaparme. Y de hecho pensaba irme de nuevo, la simple idea de verlos de nuevo me causa pavor.
              - no te preocupes, nos tienes ahora a nosotros, nosotros seremos tu familia, y te pido que no te vayas, aquí está tú lugar.
    
     Christian temía que huyera si sus padres volvían a por ella. Estuvieron gran parte del tiempo hablando de ellos y de planes para el próximo año 2013.

                 
        

miércoles, 2 de octubre de 2013

3° Capitulo

          Al día siguiente de llegar, cansados de esquiar, fueron al restaurante a comer, sin darse cuenta entraron abrazados riéndose el uno del otro. No se dieron cuenta de que iban a si hasta que el camarero les atendió para darles mesa.
               -¿Desean la pareja una mesa para dos?
               - perdone, pero no somos pareja. ~ Dijo Daniela sintiéndose un poco extraña.
               - disculpen. ¿quieren mesa para dos de todas maneras?
               - por supuesto que si. ~ Dijo Christian.
          Al lado de su mesa, estaba una pareja de recién casados, celebrando su luna de miel, Susana y Mario. Cuando vieron sentarse a Christian y Daniela, se dieron cuenta de que eran sus vecinos de cabaña, y de inmediato les saludaron.
                - Hola, soy Mario y ésta es mi mujer Susana somos vuestros vecinos. ~ dijo sonriente Mario.
        Mario era un chico de 28 años, alto, pelo castaño, piel blanca, ojos azules y muy amable. Susana era una chica que rebosaba alegría, tenia 24 años, era de estatura media, pelo caoba, ojos color café y piel clara. Christian y Daniela se giraron para saludarles.
              - Hola, un placer, ella es Daniela y yo soy Christian. ~ saludó Christian.
              - sentaros aquí y conversamos mejor. ~ les dijo Daniela a la pareja de recién casados.
        Ellos acababan de llegar también y pidieron al par, mientras comían charlaron sobre ellos y salió el tema de ¿Cómo os conocisteis?
       Susana y Mario se conocieron en el último año de carrera, Mario era nuevo y Susana le ofreció su ayuda, con el tiempo se conocieron y mantuvieron una relación formal, hasta el día de hoy. En cambio cuando Daniela y Christian empezaron a contar como se conocieron, me miraron y pensaron que todo fue cosa del destino, o pura suerte.
                 - ¿eres su jefe y encima sois novio? Entonces habrá sido todo amor a primera vista. Hacéis una pareja fabulosa. ~ les dijo Susana.
                - No somos pareja, somos buenos amigos, eso es todo. ~ dijo Daniela un poco incómoda, era la segunda persona que los tomaba por una pareja.
                - es la segunda vez que nos dicen eso en lo que llevamos aquí. ~ dijo Christian. - voy al servicio un momento, permiso.
                - esperame, voy contigo. ~ dijo Mario.
          Mientras ellos iban al servicio de caballeros, ellas hablaban de sus cosas. Susana no pudo evitar preguntarle cosas sobre ambos.
                 - perdona por pensar en que erais pareja, ha sido una indiscreción por mi parte, no lo sabia.
                 - no importa Susana, es evidente que nos comportamos como tal, pero no hay nada entre nosotros.
                 - haríais una pareja sensacional. Y pensando un poco, es raro que tu jefe, que conoces de hace poco te invite a pasar con él las navidades. Perdona ser indiscreta pero... parecéis una pareja de enamorados, o eso parecéis.
                - Nos tenemos cariño, mucho cariño, y no queríamos estar solos en fechas como estas. Puede que tenga a razón pero... por ahora todo está mejor a sí. ~ dijo Daniela señalando el servicio de caballeros, estaban saliendo Christian y Mario.
        Terminaron de comer y se dieron sus números para ir a esquiar los 4. Los 2 días siguientes fueron fantásticos para los dos, por la mañana desayunaban, se iban, hacían senderismo por la sierra, comían, esquiaban, se echaban fotos, tomaban café con Susana y Mario, y por la noche les gustaba cenar en frente de la chimenea los dos solos. Pero esa noche era especial, no solamente cenarían en frente de la chimenea, si no que saldrían de fiesta para celebrar la  noche buena.
         Ambos tenían un regalo para regalarse por navidad, y se los darían al día siguiente por la mañana. Mientras cenaban estaban charlando, en tan solo 3 días se habían conocido tanto, que les sobraba la confianza.
               - ¿cómo fue que empezaste a trabajar en el pub?
               - fue hace 8 años, aunque como jefe llevo 3 años. Mi hermano Carlos quiso comprarse un local para vivir de sí mismo y no de mis padres, yo para ese entonces vivía con ellos, no eramos de Almería pero mi hermano se mudó aquí y reformó el pub, y lo transformó en lo que hoy conoces, quise ayudarlo, supe que tenia problemas con la bebida y no quería dejarlo solo. Yo trabaja con mi padre pero lo dejé por el y 4 años después murió de un cólico y no pudimos hacer nada  para salvarlo. Me pidió que si le pasaba algo me hiciera cargo de su mayor sueño y a si hice y hago.
               - vaya... lo siento, debiste de haber sufrido. ¿Qué pasó con tus padres?
               - al principio no me creyeron cuando les conté todo pero, más tarde si me creyeron y fue entonces cuando mi padre falleció de un infarto y me mude a Almería, fue como una pesadilla todo pero, parece que todo empieza a cambiar al fin y al cabo. ~ le dijo cogiéndola de la mano.
                 - lo siento mucho Chris, no sabia nada. Estoy segura que todo te irá bien, eres una persona muy cariñosa y buena, no te atormentes con el pasado, mira hacia el futuro, tú futuro. ~ le dijo apretándole fuerte la mano en señal de que ella iba a estar a su lado apoyándolo.
              - en ello estoy, te lo aseguro, y espero que formes parte de él.
       Daniela le sonrió, ellos se entendían a la perfección y el momento requería un abrazo.
        Terminaron de cenar y se fueron a arreglar para salir. Daniela llevaba un vestido rojo por encima de las rodillas, era pegado en la parte de arriba para tonificar el pecho, y suelto en la parte de abajo, a Christian le costó quitarle el ojo de encima. Él iba con un traje negro muy ceñido al cuerpo y una corbata roja a juego con el vestido de Daniela.
         Entraron en la parte del hotel donde se estaba celebrando la fiesta de noche buena, la música era fantástica, la gente bailaba al compás y se perdía entre ella, algunos bebían de sus copas y brindaban, parecía un sueño a cámara lenta. Se dispusieron a entrar cuando se encontraron con Mario y Susana, ellos ya se marchaban era cerca de las 1 de la mañana y por la mañana se iban de excursión a lo alto de la montaña.
            Christian le llevó una copa a Daniela y otra para él, entre copa y copa, bailaban juntos y pegados, riéndose, olvidando el pasado y disfrutando del presente que estaban viviendo, en ese momento sonó una canción lenta, y abrazados, empezaron a bailar, se miraban el uno al otro fijamente, sintiendo la respiración de ambos, el roce de sus cuerpos provocaba que cada centímetro que estaban separados, se recorriera para estar lo mas pegados posibles.
          Todo era perfecto, el momento, ellos, sonreían, estaban felices juntos y nada ni nadie podía impedirles disfrutar, el mundo pasó a un segundo plano y ellos fueron todo pero a la vez nada. Los unía todo lo que tenían en común pero, habían secretos incrustados.
        Llegaron tarde ese día a casa pero valió la pena gozar de las maravillas de ser feliz. Sin olvidarse de sus regalos, ambos, cogieron de sus escondites el regalo del contrario. Christian le regaló un modelito para que estrenara el día de año nuevo. Era negro, muy elegante, corto y ceñido, los zapatos iban a juego con el bolso color rojo. Él sabía que le iba a gustar, la conocía mejor de lo que se podía imaginar. Daniela en cambio le regaló su libro preferido, para ella ese libro significaba mucho, la había acompañado siempre  y regalárselo significaba un acto sincero y lleno de cariño hacia él.
                 - Muchas gracias Chris es precioso, de verdad me encanta. ~ le dijo dándole un fuerte abrazo. Inconscientemente le dio un beso el la mejilla.
               - Te mereces eso y mucho más. Lo he hecho con mucho gusto.
Gracias por tu regalo. Sé lo que significa para ti y que me lo regales dice mucho. Me encanta, de corazón.
              Christian le devolvió ese abrazo con mucho fulgor. El ambiente estaba pidiendo a gritos un beso, ese beso que se estaba conteniendo y les rasgaba en lo mas profundo de su ser.