miércoles, 2 de octubre de 2013

3° Capitulo

          Al día siguiente de llegar, cansados de esquiar, fueron al restaurante a comer, sin darse cuenta entraron abrazados riéndose el uno del otro. No se dieron cuenta de que iban a si hasta que el camarero les atendió para darles mesa.
               -¿Desean la pareja una mesa para dos?
               - perdone, pero no somos pareja. ~ Dijo Daniela sintiéndose un poco extraña.
               - disculpen. ¿quieren mesa para dos de todas maneras?
               - por supuesto que si. ~ Dijo Christian.
          Al lado de su mesa, estaba una pareja de recién casados, celebrando su luna de miel, Susana y Mario. Cuando vieron sentarse a Christian y Daniela, se dieron cuenta de que eran sus vecinos de cabaña, y de inmediato les saludaron.
                - Hola, soy Mario y ésta es mi mujer Susana somos vuestros vecinos. ~ dijo sonriente Mario.
        Mario era un chico de 28 años, alto, pelo castaño, piel blanca, ojos azules y muy amable. Susana era una chica que rebosaba alegría, tenia 24 años, era de estatura media, pelo caoba, ojos color café y piel clara. Christian y Daniela se giraron para saludarles.
              - Hola, un placer, ella es Daniela y yo soy Christian. ~ saludó Christian.
              - sentaros aquí y conversamos mejor. ~ les dijo Daniela a la pareja de recién casados.
        Ellos acababan de llegar también y pidieron al par, mientras comían charlaron sobre ellos y salió el tema de ¿Cómo os conocisteis?
       Susana y Mario se conocieron en el último año de carrera, Mario era nuevo y Susana le ofreció su ayuda, con el tiempo se conocieron y mantuvieron una relación formal, hasta el día de hoy. En cambio cuando Daniela y Christian empezaron a contar como se conocieron, me miraron y pensaron que todo fue cosa del destino, o pura suerte.
                 - ¿eres su jefe y encima sois novio? Entonces habrá sido todo amor a primera vista. Hacéis una pareja fabulosa. ~ les dijo Susana.
                - No somos pareja, somos buenos amigos, eso es todo. ~ dijo Daniela un poco incómoda, era la segunda persona que los tomaba por una pareja.
                - es la segunda vez que nos dicen eso en lo que llevamos aquí. ~ dijo Christian. - voy al servicio un momento, permiso.
                - esperame, voy contigo. ~ dijo Mario.
          Mientras ellos iban al servicio de caballeros, ellas hablaban de sus cosas. Susana no pudo evitar preguntarle cosas sobre ambos.
                 - perdona por pensar en que erais pareja, ha sido una indiscreción por mi parte, no lo sabia.
                 - no importa Susana, es evidente que nos comportamos como tal, pero no hay nada entre nosotros.
                 - haríais una pareja sensacional. Y pensando un poco, es raro que tu jefe, que conoces de hace poco te invite a pasar con él las navidades. Perdona ser indiscreta pero... parecéis una pareja de enamorados, o eso parecéis.
                - Nos tenemos cariño, mucho cariño, y no queríamos estar solos en fechas como estas. Puede que tenga a razón pero... por ahora todo está mejor a sí. ~ dijo Daniela señalando el servicio de caballeros, estaban saliendo Christian y Mario.
        Terminaron de comer y se dieron sus números para ir a esquiar los 4. Los 2 días siguientes fueron fantásticos para los dos, por la mañana desayunaban, se iban, hacían senderismo por la sierra, comían, esquiaban, se echaban fotos, tomaban café con Susana y Mario, y por la noche les gustaba cenar en frente de la chimenea los dos solos. Pero esa noche era especial, no solamente cenarían en frente de la chimenea, si no que saldrían de fiesta para celebrar la  noche buena.
         Ambos tenían un regalo para regalarse por navidad, y se los darían al día siguiente por la mañana. Mientras cenaban estaban charlando, en tan solo 3 días se habían conocido tanto, que les sobraba la confianza.
               - ¿cómo fue que empezaste a trabajar en el pub?
               - fue hace 8 años, aunque como jefe llevo 3 años. Mi hermano Carlos quiso comprarse un local para vivir de sí mismo y no de mis padres, yo para ese entonces vivía con ellos, no eramos de Almería pero mi hermano se mudó aquí y reformó el pub, y lo transformó en lo que hoy conoces, quise ayudarlo, supe que tenia problemas con la bebida y no quería dejarlo solo. Yo trabaja con mi padre pero lo dejé por el y 4 años después murió de un cólico y no pudimos hacer nada  para salvarlo. Me pidió que si le pasaba algo me hiciera cargo de su mayor sueño y a si hice y hago.
               - vaya... lo siento, debiste de haber sufrido. ¿Qué pasó con tus padres?
               - al principio no me creyeron cuando les conté todo pero, más tarde si me creyeron y fue entonces cuando mi padre falleció de un infarto y me mude a Almería, fue como una pesadilla todo pero, parece que todo empieza a cambiar al fin y al cabo. ~ le dijo cogiéndola de la mano.
                 - lo siento mucho Chris, no sabia nada. Estoy segura que todo te irá bien, eres una persona muy cariñosa y buena, no te atormentes con el pasado, mira hacia el futuro, tú futuro. ~ le dijo apretándole fuerte la mano en señal de que ella iba a estar a su lado apoyándolo.
              - en ello estoy, te lo aseguro, y espero que formes parte de él.
       Daniela le sonrió, ellos se entendían a la perfección y el momento requería un abrazo.
        Terminaron de cenar y se fueron a arreglar para salir. Daniela llevaba un vestido rojo por encima de las rodillas, era pegado en la parte de arriba para tonificar el pecho, y suelto en la parte de abajo, a Christian le costó quitarle el ojo de encima. Él iba con un traje negro muy ceñido al cuerpo y una corbata roja a juego con el vestido de Daniela.
         Entraron en la parte del hotel donde se estaba celebrando la fiesta de noche buena, la música era fantástica, la gente bailaba al compás y se perdía entre ella, algunos bebían de sus copas y brindaban, parecía un sueño a cámara lenta. Se dispusieron a entrar cuando se encontraron con Mario y Susana, ellos ya se marchaban era cerca de las 1 de la mañana y por la mañana se iban de excursión a lo alto de la montaña.
            Christian le llevó una copa a Daniela y otra para él, entre copa y copa, bailaban juntos y pegados, riéndose, olvidando el pasado y disfrutando del presente que estaban viviendo, en ese momento sonó una canción lenta, y abrazados, empezaron a bailar, se miraban el uno al otro fijamente, sintiendo la respiración de ambos, el roce de sus cuerpos provocaba que cada centímetro que estaban separados, se recorriera para estar lo mas pegados posibles.
          Todo era perfecto, el momento, ellos, sonreían, estaban felices juntos y nada ni nadie podía impedirles disfrutar, el mundo pasó a un segundo plano y ellos fueron todo pero a la vez nada. Los unía todo lo que tenían en común pero, habían secretos incrustados.
        Llegaron tarde ese día a casa pero valió la pena gozar de las maravillas de ser feliz. Sin olvidarse de sus regalos, ambos, cogieron de sus escondites el regalo del contrario. Christian le regaló un modelito para que estrenara el día de año nuevo. Era negro, muy elegante, corto y ceñido, los zapatos iban a juego con el bolso color rojo. Él sabía que le iba a gustar, la conocía mejor de lo que se podía imaginar. Daniela en cambio le regaló su libro preferido, para ella ese libro significaba mucho, la había acompañado siempre  y regalárselo significaba un acto sincero y lleno de cariño hacia él.
                 - Muchas gracias Chris es precioso, de verdad me encanta. ~ le dijo dándole un fuerte abrazo. Inconscientemente le dio un beso el la mejilla.
               - Te mereces eso y mucho más. Lo he hecho con mucho gusto.
Gracias por tu regalo. Sé lo que significa para ti y que me lo regales dice mucho. Me encanta, de corazón.
              Christian le devolvió ese abrazo con mucho fulgor. El ambiente estaba pidiendo a gritos un beso, ese beso que se estaba conteniendo y les rasgaba en lo mas profundo de su ser.
       

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